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Los agravios y el ninguneo del Gobierno de España

Un trato tan discriminatorio y un ejercicio de irresponsabilidad económica tan acusado son difíciles de entender y soportar

El pasado lunes 7 de julio fue un día histórico en el que las organizaciones empresariales de la Comunidad Valenciana (CIERVAL, CEC, CEV, COEPA, CÁMARAS DE COMERCIO, CÁMARA DE CONTRATISTAS, FECOVAL, AVE y PROAVE) hemos demostrado nuestra unidad y acuerdo en dos cuestiones: el maltrato en materia de inversiones al que los sucesivos gobiernos de España nos tienen sometidos de forma sistemática y el hartazgo, rebelión y acción contra dicha circunstancia. Se va a hacer lo que sea menester y reivindicar a quien sea necesario, exigiendo a nuestro Gobierno que no nos deje de lado, una vez más, en los próximos presupuestos generales del Estado.

Es un hecho que la Comunidad Valenciana viene sufriendo un trato muy discriminatorio en materia de inversión pública por parte del gobierno de España. Durante el período 2000-2014 hemos recibido 6.450 millones de euros menos de los que nos corresponden con arreglo a la media nacional. Y en 2014 la inversión asignada a la Comunidad en los Presupuestos Generales del Estado es tan sólo de 121,4 euros por habitante, frente a los 209,55 de la media española, los 490,2 de Galicia y los 556 de Castilla-León. Pero lo más grave es que tal discriminación no obedece a razones económicas y de estrategia de crecimiento y creación de empleo, sino que responde únicamente a motivos políticos.

Un ejemplo de todo ello, donde el agravio si cabe es aún mayor, es en materia ferroviaria. No sólo el AVE Madrid-Comunidad Valenciana se ha retrasado injustificada e irracionalmente durante muchos años, a pesar de ser la inversión en alta velocidad con mejores perspectivas económicas de toda España, como se está poniendo de manifiesto, sino que algo social y económicamente tan importante como el AVE Regional, la conexión en alta velocidad con Tarragona y Barcelona, el ancho europeo para el tráfico de mercancías y la modernización de la línea Sagunto-Zaragoza, encuentran serias resistencias y obstáculos en su ejecución. Y esto a pesar de la poca inversión necesaria en algunos casos. De lo que se deduce el olvido en que el gobierno de España tiene a los legítimos intereses de una Comunidad que representa el 10,67% de la población española y que genera el 9,5% del producto nacional.

Mientras que se está invirtiendo de forma irracional en otras líneas, condenadas a tener permanentemente pérdidas, el proyecto del Corredor Mediterráneo, fundamental para la mejora de la competitividad, el crecimiento sostenido y el cambio del modelo productivo de España y la Comunidad Valenciana, ha sido objeto de un duro regateo que lo ha reducido a una opción provisional como es la implantación del tercer carril. Algo que, por sentido de la responsabilidad y la conveniencia de acelerar la conexión con Europa para el tráfico de mercancías, hemos aceptado como solución temporal. Pero bajo ningún concepto aceptaremos un retraso en su ejecución, que debe culminar en 2015, ni estamos dispuestos a consentir que el AVE Regional y la modernización de la línea Sagunto-Zaragoza no se ejecuten de inmediato. Y las razones son múltiples y poderosas: Económicas, sociales y de vertebración de la Comunidad Valenciana.

La modernización de la línea Sagunto-Zaragoza constituye un proyecto de bajo presupuesto (unos 40 millones de euros) que garantizaría un tráfico fluido y seguro de mercancías entre el Eje Mediterráneo y el Valle del Ebro, integrando estos dos importante ejes nacionales de desarrollo y mejorando la competitividad de la economía nacional y valenciana, al facilitar el acceso del norte de España al puerto de Valencia que, como ha hecho notar ANFAC, cuenta con importantes ventajas competitivas.

Pero la mayor prueba de la desconsideración con la que el gobierno central trata a la Comunidad Valenciana la constituye el estado del AVE Regional. Cuando Cataluña, Madrid, Castilla-La Mancha y Andalucía tienen prácticamente todas sus capitales y principales ciudades conectadas en alta velocidad, la Comunidad Valenciana las tiene separas y sin visos de solución, a pesar de la escasa inversión necesaria y la trascendencia económica y turística de la red de alta velocidad de la cornisa mediterránea.

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No sólo el tramo entre Castellón y Valencia duerme el sueño de los justos, sino que la unión en alta velocidad entre Alicante y Valencia resulta imposible por la negativa de Fomento a completar un tramo del trazado de unos 20 kilómetros entre La Encina y Xàtiva y ejecutar ciertas obras de electrificación.

Un trato tan discriminatorio y un ejercicio de irresponsabilidad económica tan acusado son difíciles de entender y soportar. Y esto no puede explicarse apelando a la necesidad de reducir el déficit público, pues el problema de La Encina-Xàtiva sólo requiere una asignación presupuestaria de 25 millones de euros y un endeudamiento de ADIF de 125 millones. Desde aquí, y pidiendo al gobierno sentido de responsabilidad y equilibrio, exigimos que en los próximos Presupuestos Generales del Estado se incluya una partida de 25 millones para completar el tramo La Encina-Xàtiva, otra de 40 millones para las obras de modernización de la línea Sagunto-Zaragoza y se sienten las bases de la rápida ejecución del AVE Valencia-Castellón. Esto y la inmediata ejecución de las obras son irrenunciables para nuestra Comunidad.

Para el gobierno de España los valencianos hemos sido españoles de segunda. Nosotros lo hemos consentido. Pero esta actitud es insostenible. Por dignidad y autoestima hemos de decir basta. Y para conseguir lo que legítimamente nos corresponde son necesarias la unión de todos los valencianos y una postura firme frente a Madrid. Nos va en ello el futuro y nos sobran motivos para exigirlo.

Federico Félix es presidente de la Fundación PRO AVE

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