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Fabra se estrella contra Montoro

El presidente acumula desplantes en sus exigencias de mejor financiación Cargos del PP dudan de una estrategia que transmite debilidad y confrontación

Cristóbal Montoro y Alberto Fabra antes de reunirse con empresarios en Alicante en noviembre de 2011.
Cristóbal Montoro y Alberto Fabra antes de reunirse con empresarios en Alicante en noviembre de 2011.

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, no tiene suerte con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Cada reivindicación pública realizada por el jefe del Consell en materia de financiación ha sido rechazada en los dos últimos años sin contemplaciones. Y cada negativa del Gobierno ha colocado a Fabra en un nuevo brete, minando su credibilidad y la del PP valenciano.

El último de ellos, esta misma semana. El martes pasado, Fabra anunció su pretensión de exigir un fondo extraordinario del Gobierno para cubrir el desfase de la Generalitat —de más de 1.500 millones de euros— entre los ingresos procedentes del sistema de financiación autonómica y el gasto consignado en educación y sanidad. El miércoles, tras la reunión del comité ejecutivo del PP nacional, Fabra trasladó brevemente a Montoro su iniciativa y el ministro le respondió con palabras amables.

A Presidencia de la Generalitat le faltó tiempo para anunciar a los cuatro vientos que los dos dirigentes habían acordado trabajar conjuntamente en una “fórmula transitoria”, un fondo de nivelación extraordinario, para solventar los desequilibrios de las autonomías infrafinanciadas hasta la puesta en marcha de un nuevo sistema de financiación. Y al Ministerio de Hacienda le sobró celeridad para desmentir la versión de la Generalitat.

Tres desplantes

Presupuestos. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, anunció en las Cortes en octubre de 2012 que enmendaría los presupuestos generales del Estado de 2013 para mejorar las inversiones del Gobierno en la Comunidad Valenciana en 144 millones de euros. El Grupo Popular, a instancias del Ministerio de Hacienda, las rechazó sin llegar siquiera a tramitarlas.

Reforma estatutaria. El jefe del Consell intentó convencer a Montoro en septiembre de 2013 para que no se opusiese a la tramitación de la reforma del Estatut d'Autonomia en el Congreso de los Diputados. No lo consiguió. Montoro amenazó con un dictamen contrario del Gobierno y Fabra se vio obligado a aplazar sine die la tramitación de una reforma estatutaria en la que se exige del Estado un porcentaje de inversión idéntico al peso de la población de la Comunidad Valenciana en el conjunto de España.

Financiación autonómica. Fabra ha hecho dos propuestas concretas: la aplicación con carácter retroactivo al 1 de enero de 2014 del nuevo sistema de financiación y la creación de un fondo transitorio de nivelación para cubrir el coste de los servicios de sanidad y educación. Las dos propuestas han sido rechazadas por el Gobierno. Ni Montoro, ni el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, han tenido reparo en desairar públicamente al Consell. La Generalitat y la dirección regional del PP exhiben como un éxito el haber convencido al Ministerio de la necesidad de ampliar del 0,7% al 1,6% del PIB el objetivo de déficit en 2013, aunque se trata de una victoria pírrica porque tampoco se va a cumplir.

¿Por qué Fabra se arriesgó a dar por hecho un acuerdo con Montoro que no tenía? La respuesta no es fácil, sobre todo por la gran cantidad de desaires que ya había acumulado Fabra con anterioridad, tanto en sede parlamentaria como fuera de ella.

Fuentes del Consell admiten que el equipo de Montoro ya les había alertado de que cortarían “de raíz” cualquier debate que generase un nuevo conflicto entre comunidades.

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“La relación es fluida con el Ministerio de Hacienda, pero las declaraciones que afectan al resto de autonomías no se toleran”, aseguran en la Generalitat. “Nos han ayudado más de lo que la gente piensa, [con los fondos de liquidez autonómica y los planes de pago a los proveedores] aunque el ministerio nunca se compromete a nada”, señalan.

Fuentes del PP en Madrid afirman que Fabra y el ministro de Hacienda tienen “una relación más que correcta”, aunque el presidente valenciano yerra en su estrategia. “Montoro es consciente de su posición de superioridad y está decidido a poner orden en el desmadre de las cuentas y los nuestros no están al margen. No van a permitir que Fabra abra una nueva polémica territorial con la financiación”, aseguran.

Otro factor que explica la actitud del ministerio es la debilidad de Fabra en Madrid. “La imagen de firmeza que trasladó Fabra en el PP a finales de noviembre con el cierre de Canal 9 se ha diluido rápidamente con presiones innecesarias —a Montoro— y actitudes como la que mantuvo el pasado miércoles en el comité ejecutivo nacional del PP”, explica un integrante de la dirección popular. “Todo el mundo vio cómo el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, abrió el turno de intervenciones explicando que lo hacía para responder a los reproches que le había hecho Fabra por criticar la ley del aborto”, continua este cargo, “Y cómo el presidente valenciano guardó silencio y fue uno de los pocos que no intervino en la reunión”.

El incidente, además, no ha hecho sino acentuar en el seno del PP valenciano las dudas sobre la idoneidad de la estrategia del presidente del Consell para resolver el problema de financiación y el bajo nivel de inversiones del Estado.

El presidente provincial del PP de Valencia, Alfonso Rus, ha sido el más claro: “Hay que ser reivindicativo y sentarse en una silla en Madrid y no moverse hasta que nos lo den [el dinero]. Si lo tenía hablado [el plan para crear un fondo de nivelación] no lo tendría muy hablado, porque realmente [el ministerio] ha dicho que no”. También en el Gabinete de Fabra hay cargos que cuestionan, en privado, la estrategia. “En materia de financiación el presidente se equivoca si piensa que nuestro problema es Extremadura, porque con quien nos hemos de medir es con las autonomías fuertes, como el País Vasco, Cataluña y Andalucía”, indica un miembro del Consell, que cree que hay cosas que se han hecho bien. “La urgencia por contar con un nuevo sistema de financiación de la Comunidad Valenciana, que lidera Fabra, cuenta con el apoyo de Baleares y Murcia y es vista con simpatía por Madrid y Cataluña”, añade antes de remachar: “Entrar en un debate con Extremadura en materia de financiación no nos interesa”.

"Callejón sin salida"

Para un diputado popular, “la dinámica desarrollada por Fabra corre el riesgo de llevar a un callejón sin salida”. “Si solo recibes negativas a tus propuestas, al final te puedes ver forzado a la ruptura”, dice. “La estrategia de Fabra de acumular negativas por parte de Montoro solo se entiende si pretende justificar con ellas el incumplimiento del objetivo de déficit en 2013 y la aplicacion de nuevos recortes en 2014”, argumenta esta fuente, que añade: “Si no, camina hacia un conflicto mayor”.

Un conflicto que parece marcado por la hoja de ruta elegida por Fabra: el informe sobre financiación realizado por la comisión de Economía de los Premios Jaime I. De ahí surge la idea de proponer la creación de un fondo de nivelación transitorio hasta la implantación de un nuevo sistema de financiación. Y si esta estrategia no funciona, el informe recomienda devolver competencias al Estado por falta de financiación adecuada para desarrollarlas. Una apuesta de alto riesgo, con la que cualquier político podría estrellarse.

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