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“Es accesorio que un hospital lo gestione una empresa si el Gobierno lo controla”

El nuevo líder del PSdeG anuncia que dialogará con Feijóo "aunque no comparta casi nada de lo que propone para Galicia". Admite que se pueden reducir diputados "con el máximo consenso" y exige el fin de los copagos y un sistema fiscal más justo.

Besteiro, el pasado viernes en el parque de Bonaval en Santiago.
Besteiro, el pasado viernes en el parque de Bonaval en Santiago.ÓSCAR CORRAL

El nuevo líder del PSdeG, el que han votado por primera vez las bases directamente en una urna, aspira a convencer “a ese 90% de gente que vive peor en esta crisis” de que confíe en el partido socialista. José Ramón Gómez Besteiro (Lugo, 1967) anuncia diálogo con Feijóo aunque discrepe de casi todo lo que propone para Galicia. Se muestra beligerante contra los copagos en los servicios públicos, “que deberían ser financiados por un sistema fiscal justo donde paguen más lo que más tienen”. Besteiro abre la puerta a la privatización de hospitales y residencias, siempre que haya un Gobierno detrás que controle los servicios.

Pregunta. Vuelve el PSdeG. ¿Cuándo se había ido?

Respuesta. Siempre estuvo ahí pero en el último año estuvo inmerso en la discusión orgánica y en cierto modo eso nos apartó de la sociedad. Ese debate quedó cerrado con la fuerza de los militantes que eligieron a su secretario general. Y ahora afrontamos un nuevo escenario con la voluntad decidida de convertirnos en alternativa de gobierno a la derecha.

P. También dijo que el PSdeG debe volver a ser útil a la sociedad. Da a entender que no lo era.

R. Es como entiendo el final de este proceso tras un debate de meses con la militancia y en el que los dos candidatos fuimos preguntando qué modelo de partido querían. Yo hablé claramente antes de que me votaran y dije que iba a buscar la unidad del PSdeG para solucionar los problemas de los ciudadanos. Estamos en un momento clave para sacar este país adelante. Y desde la oposición también se puede. Somos un partido de Gobierno en muchos ayuntamientos y pretendemos volver a serlo en la Xunta. Para eso hay que acreditar confianza, responsabilidad, seriedad y coherencia.

P. ¿Tiene un diagnóstico de por donde se le escaparon decenas de miles de votos al PSdeG?

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R. En el congreso me dirigí a quienes nunca confiaron en nosotros, a los que confiaron y se fueron y a los que siempre confiaron en nosotros. En torno a todos ellos, hemos de construir el futuro y nos hemos de dirigir a la mayoría social. Hacer un análisis retrospectivo no es lo más necesario ahora, debemos situar los nuevos retos en esa mayoría social.

"Si ni Contas  entiende

P. ¿En una sociedad tan polarizada puede el PSdeG ganar base social por derecha e izquierda?

R. Puede que la mayoría social atienda a lo que tenemos que decir. Es un paso previo para obtener esa confianza. Nuestro discurso debe ser de Gobierno y futuro.

P. ¿Acercarse a la mayoría social quiere decir buscar el centro?

R. No. Quiere decir que la sociedad es distinta de la de hace 30 años, la clase trabajadora no es la misma que cuando no había clase media pero la mayoría social se sigue situando en torno a eso. Y ahí están los pensionistas que ahora deben ayudar a hijos y nietos, la gente joven que se marcha porque no tiene futuro y los funcionarios que siguen recibiendo el impacto de unas políticas que cuestionan la función pública. Y las clases medias empobrecidas y desorientadas que crecieron de la mano del PSOE. Me dirijo al 90% de la sociedad que vive peor que hace unos años frente a ese 10% que vive mejor aún en este contexto de crisis.

P. Anuncia una nueva relación con Feijóo. ¿Le valen algunas de sus últimas propuestas o se trata de decir no con otro talante?

R. Hablar no significa establecer hipotecas sino normalizar la relación. Tampoco implica que el diálogo dé paso a pactos sino mantener abiertos los cauces institucionales. Dialogar no debería ser algo excepcional. El presidente también es mi presidente, otra cosa es que yo difiero en casi todo lo que plantea para Galicia. Pero hablaré con Feijóo y también con los representantes de las otras fuerzas de la oposición.

P. ¿Deben pagar las familias que más tienen los libros de texto como ahora o ser gratis como con Touriño y que quien gana más pague más impuestos?

R. No es solo una cuestión de libros, los ciudadanos ven que están repagando por servicios públicos que antes se afrontaban desde un proyecto colectivo que se financiaba con impuestos. Hace 25 años, los socialistas defendíamos que Hacienda éramos todos. Hoy eso se lo cuestiona la gente con los libros, medicamentos y las prestaciones de desempleo. Todo el rato estamos repagando. El debate es si pagamos impuestos o no, si esos impuestos los asumimos solo los trabajadores o de forma compartida junto a todos los activos económicos del país. La percepción en materia educativa es que vamos de recorte en recorte. La derecha debe dejar claro qué tipo de sociedad quiere. Su modelo difiere muchísimo del nuestro. Pretendemos un reparto justo de los impuestos, lo que llamamos justicia social y no tiene que ver con que subir impuestos sea de izquierdas y bajarlos, de derechas. Soy partidario de esa justicia social. Educación, sanidad y la política social son derechos de primera línea.

"No prejuzgo sobre Bárcenas, pero el PP debe aclarar su financiación"

P. Está en contra de lo que llama repagos.

R. Estoy en contra de un sistema fiscal que no traduce las cargas como debe en la relación entre los impuestos a los trabajadores y a la economía especulativa. Yo defiendo la economía productiva y un reparto equitativo entre las rentas de trabajo y las del capital. Eso se debe trasladar a todo el catálogo de derechos que hemos ido adquiriendo estos 30 años. No se puede pagar impuestos y repagar en los servicios. La ciudadanía no lo quiere.

P. ¿El dinero público debe financiar colegios que segregan por sexo a sus alumnos?

R. El sistema está configurado para que la educación privada satisfaga a través de los conciertos las necesidades allí donde no llega la pública. No estoy a favor de esa segregación y menos de que se financie a los centros que segregan. Hemos de trabajar para recuperar el espacio que ha ido perdiendo la educación pública.

P. ¿Cómo se deben prestar los servicios públicos? ¿Las administraciones del PSOE pueden apostar por una gestión directa o las guarderías y centros de día han de privatizarse necesariamente?

"Se pueden reducir

R. La titularidad pública marca necesariamente quién manda en esas decisiones, por tanto, es la que decide si un servicio es público o no y en función de las circunstancias se debe elegir cómo se presta. Pero la clave es la titularidad, quién tiene el control.

P. La titularidad de la sanidad madrileña sigue siendo pública y los hospitales los gestionan empresas privadas y han surgido múltiples protestas.

R. Pero la titularidad es la que manda. Probablemente en esos hospitales no exista el control que se debe exigir a la titularidad pública. El mandato que se deriva de la titularidad pública es velar por los intereses de la sociedad.

P. ¿Aceptaría hospitales de titularidad pública gestionados por empresas privadas?

“Difiero en casi todo lo que plantea pero me sentaré a hablar con Feijóo”

R. En la situación a la que hemos llegado la crítica que hacemos a esta economía especulativa que se ha generado es que fallaron los controles. Es ahí donde hay que incidir. Y luego la titularidad pública decidirá si el servicio se quiere prestar con medios propios o no, en función de lo que resulte mejor para el interés general. Lo importante es el control de la titularidad pública sobre sus servicios. Lo que falló en la economía mundial fueron los controles. Hay que incidir en la titularidad pública y en los controles, no en lo accesorio de la prestación.

P. O sea que aceptaría hospitales de titularidad pública gestionados por empresas privadas si los controles fuesen adecuados.

R. Yo lo que digo es que la titularidad pública es la que marca los controles. Si esos otros modelos de prestación son positivos para el Estado, lo que no pueden fallar son los controles.

P. ¿Qué políticas de la Diputación debe aplicar la Xunta?

R. Hace cuatro años que insistimos en las políticas de empleo y en primar la economía vinculada al medioambiente. La diputación se adelantó y puso sobre la mesa el tema de la despoblación y la sangría demográfica. Y trabajamos para cerrar ciclos productivos porque no es normal vender leche y comprar yogures. Apostamos por la innovación y la internacionalización de empresas. Obviamente, de acuerdo con nuestros presupuestos, 100 veces más pequeños que los de la Xunta. Impulsamos proyectos para el sector agrario y los fondos europeos los invertimos en primar las nuevas tecnologías. Apostamos por la formación. En 2008 lo hicimos mientras otros seguían hablando de carreteras y cemento.

No se puede pagar impuestos y repagar por los servicios, es injusto”

P. ¿Cuál sería la primera medida del PSdeG en la Xunta?

R. Crear empleo y apostar por la política social. Lo hicimos en la diputación. Feijóo ha sido capaz de duplicar la deuda de Galicia en cuatro años, la que le dejaron esos expresidentes con los que ahora se reúne, y la gente no cree que eso mejorase sus vidas. Todo va peor con Feijóo. Si el Consello de Contas no entiende el maquillaje de las cuentas, qué puede pensar un señor de la calle. La gente se pregunta si ese desplazamiento de gasto lo hacían los socialistas y la respuesta es no. No vale el maquillaje, hay que decir la verdad porque la gente tiene la sensación de que las cuentas no cuadran y menos aun las soluciones a sus problemas. Es el momento de la transparencia en las administraciones.

P. ¿Que los militantes hayan votado por primera vez a su secretario general le da más legitimidad para hacer equipos y decidir?

R. Me genera un enorme compromiso porque la distancia entre el militante y el secretario general se acorta y eso genera derechos y obligaciones. El modelo ha cambiado para bien.

P. De la última Ejecutiva que nombró Pachi Vázquez repiten tres. ¿Se trata de marcar distancias con su antecesor?

R. Es una forma de cumplir con la militancia.

P. La militancia no votó cuantos debían repetir en la Ejecutiva.

R. He dialogado mucho con la militancia que me pidió una ejecutiva más pequeña. Los militantes son mi guía de conducta.

P. Promete coser el partido pero sale elegido con el 95% de los votos, nombra un equipo y ya tiene un 20% de contestación.

R. Eso es habitual. Interpreté que el militante no quiere una ejecutiva por territorios y es lo que yo propuse. Y la Ejecutiva tuvo un respaldo muy alto.

P. Repite que no es problema no estar en el Parlamento. ¿Lo dice por la imagen que se traslada de la Cámara?

R. No, las bases del PSdeG decidieron que el secretario general no esté en el hemiciclo. Y no lo han visto como un problema, votaron masivamente.

P. ¿Sobran diputados como defiende el PP?

R. La gente no se levanta pensando si hay que reducir escaños. A lo mejor se pueden reducir pero en un contexto de máximo consenso. Quien tiene la mayoría absoluta no puede decidir las reglas de juego y debe afrontar las reformas con ambición. No debe ser solo una cuestión numérica, si quieres hacer una reforma electoral, debes hablar de otras cuestiones. En la historia de Galicia esos cambios se hicieron con consenso y es necesario que sea así para que sean duraderos. Lo que no cabe es usarlos como señuelos para escapar de la realidad. Se puede hablar de reducir diputados y de que todo el mundo coja la papeleta en su colegio y no gastemos en cada elección dos millones de euros en mandarlas por correo.

P. ¿Confía en convencer a Losada para que siga de portavoz?

R. Las cuestionas internas a partir de ahora se van a tratar dentro del partido. Hay que compartir una reflexión con el grupo parlamentario y con la Ejecutiva. No es algo que debe estar sujeto al debate público.

P. El debate ya es público y compañeros suyos aseguran que Caamaño no puede ser portavoz por si luego le disputa las primarias a candidato de la Xunta.

R. Si el debate es público, no es porque yo lo haya propiciado.

P. ¿Tiene el nombre decidido?

R. Estará decidido cuando se comunique.

P. Entre los problemas del PSdeG está también el económico. ¿Cabe la posibilidad de que aplique a sus trabajadores la reforma laboral del PP que tanto critican?

R. Aun no tenemos un balance económico pero esto es parte de las cuestiones internas a solucionar. En función del análisis habrá que tomar decisiones y yo no excluyo ninguna posibilidad.

P. ¿No habla de Bárcenas, las fotos de Dorado o los escándalos de los Baltar por respeto institucional o para no pisar callos?

R. Tiene que ver con una persona coherente, tengo mis opiniones. La gente tiene derecho a saber si el partido que les gobierna se financió de forma adecuada y pide a los dirigentes de los partidos que no dejen ningún tipo de dudas. Sobre las fotos de Dorado, la gente sabe lo que representan y mientras el presidente trataba de explicar cómo, dónde y por qué, Galicia seguía a la deriva.

P. ¿Puede un secretario de una agrupación del PSdeG recibir contratos a dedo de Baltar para asesorarlo sobre transparencia?

R. Poder parece que pudo. Los efectos de eso forman parte de lo que el PSdeG debe ser capaz de tratar en sus órganos internos.

P. ¿Usted no lo haría?

R. Yo no ejecuto contratos a dedo para que me asesoren en transparencia, no.

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