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La madre de Asunta: “Además de por asesina me toman por tonta”

Rosario Porto insiste en su inocencia y rechaza los indicios Su abogado asegura que no volverá a declarar La defensa de la madre de la niña asesinada pide que se levante el secreto del sumario

La madre de Asunta ante el juez Taín
La madre de Asunta ante el juez Taín ÓSCAR CORRAL

Llevan seis días en prisión e insistiendo en su inocencia. El abogado de Rosario Porto, madre de Asunta, asesinada en Santiago 10 días antes de cumplir 13 años, ha cursado un recurso pidiendo que se levante el secreto sumarial además de otro reclamando la nulidad del auto de prisión, comunicada pero sin fianza. En las próximas horas se espera que también lo haga la letrada del padre de la cría, Alfonso Basterra.

En su escrito, el juez ni les especificó el motivo para llevarlos a la cárcel de Teixeiro, de los tres que puede alegar: riesgo de fuga, riesgo de atentar contra derechos o bienes de la víctima, o riesgo de ocultación o destrucción de pruebas. La motivación más probable habría sido esta última, pero se oculta a los dos únicos sospechosos. Nada dicen bajo la premisa del secreto, el juez instructor, Vázquez Taín, y el fiscal, el único a quien realmente le corresponde pedir cuándo, cómo y quién debe ingresar en la cárcel mientras siguen las pesquisas. Ayer el juez siguió recabando testimonios. Doce personas prestaron declaración, entre ellos algún médico, profesores, compañeros de Asunta y amigos de la familia. También los dos hombres que hallaron el cuerpo en una noche de fiesta. Ahora aseguran que las manos del cadáver fueron cambiadas de posición durante el tiempo que se ausentaron, y que sospechan, por ello, que la persona que depositó el cuerpo todavía estaba en el lugar. Por otra parte, el móvil económico se derrumbadefinitivamente: no hubo modificaciones del testamento de 1975 que declara a Porto heredera universal, según el informe de la Dirección de Registros Notariales al que tuvo acceso Europa Press.

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Varios abogados, de diferentes bufetes, han ido a entrevistarse con la madre de la fallecida esta semana. “Estoy destrozada porque me mataron a mi hija, y ahora está esto [ser acusada de parricidio] que es horrible”, comentó. En una de las visitas, también llegó a decir entre sollozos: “Además de tomarme por asesina me toman por tonta”. Porto se refería a los indicios —las cuerdas, cuyas pruebas aún tardarán varios días en dar resultados; las cámaras; los medicamentos suministrados a la cría, idénticos a los que la madre consume— que la señalan como principal sospechosa de una muerte planificada pero con errores de bulto. Según el letrado coruñés José Luis Gutiérrez Aranguren, la madre de Asunta está “hundida”. Este abogado, que aceptó el fin de semana el relevo para defender la causa, dice conocerla solo por los medios de comunicación, y que “por lo tanto” debe fiarse “de una cliente que jura y perjura que es inocente”. Pase lo que pase en un caso en el que hasta ahora hay pruebas circunstanciales, pero ninguna concluyente, Rosario Porto está convencida de que está ya “condenada”, haya o no algo contra ella. “Si sale de la cárcel”, como pide su abogado con un recurso ante la Audiencia Provincial que suplica que se valore que hasta ahora no hay nada para tenerla entre rejas, “dirán que lo ha hecho bien el letrado”.

En el entorno de Rosario mencionan el antecedente de la gallega Dolores Vázquez, expatriada para sobrevivir al juicio social paralelo que la dio por condenada por un asesinato, el de Rocío Wanninkhof, que no cometió y del que se le exculpó a todos los efectos solo cuando se encontró a los verdaderos autores. “Que se levante el secreto”, clama Aranguren, “porque si es público para quienes quieren lincharla, ¿por qué no lo es para ella?”. De ahí también la insistencia en que la policía abra otras vías de investigación, busque a otros sospechosos. Pese a las recomendaciones de sus defensores, Porto no se pierde detalle en la cárcel de todo lo que se televisa sobre el caso. “Quiero saber de lo que se me acusa, cómo pueden pensar que yo maté a mi hija y más con premeditación”, dice.

Gutiérrez Aranguren blande la jurisprudencia del Constitucional, totalmente incumplido, según él, en las tres únicas y escuetas líneas públicas del auto ordenando el ingreso en prisión: uno, “el secreto del sumario no autoriza a ocultar a las partes todos los elementos fácticos y juridiciales de la resolución”. Y dos, “no cabe omitir en la notificación elementos esenciales para la defensa”, porque “vulnera el derecho fundamental y sagrado de la presunción de inocencia”. Por no tener no tiene ni la declaración por escrito de Porto ante el juez. Aranguren es tajante: “Mi cliente no volverá a declarar, como está en su derecho, porque no sabe lo que hay contra ella”. Le citaron las imágenes grabadas por cámaras de tráfico saliendo con la niña en coche rumbo a Teo, pero no se las enseñaron. Cambió entonces su versión inicial y dijo haber ido dos, y no solo una vez, a la casa, cerca de la pista en la que apareció el cuerpo.

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