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Mas reconduce el plan soberanista y condiciona la consulta a que sea legal

El presidente catalán no aclara si preguntará directamente por la independencia o si incluirá una tercera vía

Miquel Noguer

La consulta catalana de autodeterminación ya no se celebrará “sí o sí” como dijo un solemne Artur Mas hace justo un año. Según anunció ayer el presidente de la Generalitat, ésta solo tendrá lugar si es “legal” o, como mínimo, “tolerada” por el Gobierno. Opción que el Ejecutivo de Mariano Rajoy ni se plantea. Tampoco tiene que ser necesariamente una consulta sobre la independencia o el “Estado propio” como prometía Convergència i Unió en campaña electoral. El presidente catalán se conformaría ahora con que los catalanes pudieran votar sobre su “futuro político” sin especificar el alcance de esta expresión.

Ya sea por las advertencias de la Unión Europea sobre el aislamiento de una Cataluña independiente o por las discrepancias internas entre Unió y Convergència, Artur Mas retrocedió este miércoles varias casillas en la primera sesión del debate de política general que se celebra esta semana en el Parlamento autónomo. El presidente de la Generalitat insistió en que el plan soberanista se mantiene, pero en aras a conservar cierta unidad de las fuerzas catalanistas, se limitó a defender el “derecho a decidir” rehuyendo expresiones claramente rupturistas.

Cataluña tiene afecto por España pero ya no confía en el Estado” Artur Mas

El objetivo de Mas en el debate es que el Parlamento catalán vuelva a responder mañana con una votación masiva a favor del “derecho a decidir”. De ahí que este miércoles apelara a este derecho admitiendo que entre las fuerzas políticas que lo defienden en Cataluña —todas menos PP y Ciutadans— hay visiones “diferentes y plurales”. No en vano, Mas tuvo que hacer todo tipo de equilibrios para contentar a los sectores más soberanistas de Convergència, a los confederalistas de Unió, a los independentistas de Esquerra Republicana y también a los federalistas del PSC e Iniciativa. Solo con ambigüedades, como el manifiesto sobre el derecho a decidir elaborado por el expresidente del Parlamento Joan Rigol será posible repetir la exhibición de fuerza que busca el presidente catalán.

Los intentos para que el PSC no se descuelgue del bloque favorable al derecho de autodeterminación se concretaron en una frase que sorprendió a muchos: “Cataluña tiene afecto real por España, la quiere, pero ya no confía en el Estado español”.

Mas también intentó mantener el equilibrio que requiere toda negociación como la que tiene abierta con el Gobierno de Mariano Rajoy. Después de que el presidente del Gobierno ofreciera por carta un diálogo “sin fecha de caducidad” pero dentro de la Constitución, Mas insistió en que su plan se ceñirá estrictamente a la legalidad. Pero también apuntó cómo acabará el proceso si desde el Gobierno se le cierran todas las puertas a una salida dialogada: “Si pese a nuestra voluntad de diálogo no hay negociación posible estoy dispuesto a utilizar todos los instrumentos democráticos y legales con la finalidad de que Cataluña decida libremente, incluida la convocatoria de elecciones”. Pese a matizar que las elecciones anticipadas en clave plebiscitaria sobre la independencia no serían un buen escenario, Mas dejó la puerta abierta a disolver el Parlamento antes de 2016, el final teórico del mandato.

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O sea, que las elecciones anticipadas son un escenario probable si el Gobierno rechaza celebrar cualquier tipo de consulta. Convergència no es partidaria de este escenario entre otras cosas porque las encuestas vaticinan que ERC podría ganar las elecciones. El entorno de Artur Mas cree que la simple posibilidad de que el líder de ERC, Oriol Junqueras, pueda ser presidente de la Generalitat hará recapacitar al Gobierno de Rajoy y buscar, antes, una salida negociada.

La inconcreción en la agenda de la consulta inquieta

A lo que Mas no respondió en los 68 folios de su discurso fue a las reiteradas advertencias de la Comisión Europea sobre la salida de Cataluña de la UE en caso de independencia. El presidente catalán solo se refirió a ello evitando cualquier argumentación jurídica y desde el terreno sentimental. En este sentido, glosó un poema de Salvador Espriu en el que el poeta reivindica un profundo europeísmo desde el respeto a la lengua y cultura catalana.

Los matices que Artur Mas incluyó a su plan soberanista no acabaron de convencer a sus socios de ERC. Y eso que el presidente catalán insistió en que es su voluntad celebrar la consulta de autodeterminación en 2014 y anunció el fin de los recortes sociales para el año que viene. La portavoz republicana, Marta Rovira, no ocultó que le hubiera gustado escuchar “más concreción” sobre el referéndum por parte del presidente catalán. La incomodidad de los republicanos se visualizó dentro del hemiciclo, donde solo una parte de los 21 diputados de ERC aplaudieron el discurso del presidente. Junqueras se contó entre los que no aplaudieron.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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