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Mascarell se muestra “predispuesto” a participar en la cadena humana

El consejero esperará a consensuar la decisión con el resto del Gobierno Espadaler no acudirá para coordinar el dispositivo de seguridad de la jornada

La polémica del verano será de nuevo el acto independentista que la Asamblea Nacional Catalana (ANC) organiza para el 11 de septiembre. Si el año pasado los partidos se pasaron el mes de agosto deshojando la margarita sobre el sentido de lo que acabó siendo una masiva manifestación independentista, el acto de este año, una cadena humana, no va a ser menos. Unió y un sector del Partit dels Socialistes se debaten sobre su asistencia a la marcha y reclaman que esta sea por el derecho a decidir.

El Gobierno todavía no ha decidido todavía qué hará, pero ayer el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, dejó entrever sus intenciones al confesar la “predisposición” de él y otros consejeros a acudir a la marcha. El que no irá seguro es el titular de Interior, Ramon Espadaler, que ayer justificó su ausencia en que debe estar “al pie del cañón” en una jornada “más que compleja”, según dijo en una entrevista para la ACN.

Aun así, la presencia de Mascarell y del resto de consejeros en la cadena humana es una incógnita, a la espera de la primera reunión del Ejecutivo tras las vacaciones, el 27 de agosto. Con esta estrategia, el Gobierno catalán busca evitar el desaguisado que vivió en la Diada del año anterior, cuando los consejeros se fueron pronunciando sin ningún posicionamiento común.

El Gobierno catalán busca evitar el desaguisado que vivió en la Diada anterior, cuando los consejeros se  pronunciaron sin una posición común

Sin aclarar su presencia, Mascarell pidió al PSC que rectifique y se sume a la cadena humana, que valoró como un acto que tiene “voluntad de sumar al máximo” de gente. “Espero que un buen número de militantes socialistas participen y que la dirección socialista acabe entendiendo lo que representa la cadena para el país y se sume”, dijo Mascarell, que también fue consejero de Cultura por el PSC. La dirección socialista ya anunció su rotunda negativa a asistir a la cadena humana, y el sector catalanista del partido decidirá a finales de mes su presencia, a la espera que la ANC rebaje el tono independentista de la Vía Catalana. También Iniciativa per Catalunya conminó al PSC a acudir a la protesta. El portavoz ecosocialista en el Ayuntamiento de Barcelona, Ricard Gomà, pidió a la ANC que sea inclusiva, aunque no quiso discutir el lema. Lo que reclamó es que en la cadena humana tenga cabida “cualquier expresión social y política”, gesto que según Gomà facilitaría la inclusión de los socialistas.

La ANC está dispuesta a hacer gestos, pero los justos. En un comunicado, la Asamblea apuntó que la cadena humana “está abierta a la pluralidad y transversalidad de la sociedad catalana”, pero con una misión invariable: “El objetivo de la cadena humana del 11 de septiembre es el de convertirse en el preludio de la independencia y hacer que la consulta se lleve a cabo lo más pronto posible. El lema, el nombre, y el objetivo de la vía catalana son, por tanto, inequívocos, y así lo seguirá siendo”, reza el comunicado de los organizadores.

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El debate lo sigue desde la distancia Esquerra Republicana, que aborrece la polémica alrededor de la cadena humana. Fue contundente el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà: “A mi esto me da absolutamente igual. Son debates absolutamente estériles y bizantinos. De lo que se trata es de hacer de la vía catalana un sinónimo de éxito porque en esta movilización nos jugamos tanto…”. De momento, la Asamblea cuenta con 300.000 inscritos para la cadena humana y multiplica sus esfuerzos para llenar los tramos más vacíos, los de la zona del Ebro.

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