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“¿Cuánto me sobra, doctor?”

Los diputados acceden a someterse a una prueba para prevenir el sobrepeso

Àngels Piñol
El doctor Formiguera mide la cintura a la ecosocialista Dolors Camats.
El doctor Formiguera mide la cintura a la ecosocialista Dolors Camats.

“Un poco de ejercicio le irá bien y resolverá el problema...”. La frase se oye desde el exterior de un despacho del Parlament y una diputada, acto seguido, sale con paso decidido hacia el Saló de les Passes Perdudes. El endocrinólogo Xavier Formiguera, presidente de la Fundación Seedo (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad), acababa de ofrecerle a la parlamentaria el diagnóstico temido y quizá intuido: que le sobraban unos kilos. La entidad médica está realizando entre ayer y hoy una prueba a los diputados del Parlament para conocer si tienen o no sobrepeso.

El objetivo es realizar un estudio para concienciar a la población de la necesidad de cuidar la dieta y hacer ejercicio. “Cuando tengamos los datos, difundiremos la estadística para saber si los representantes del pueblo cumplen o no las estadísticas actuales de sobrepeso y obesidad”, explica Formiguera, que alerta de que es no es precisamente un asunto para tomarse a broma porque el 56% de los catalanes —el 40% de adultos y el 16% niños— pesan más de lo que deberían. La variable se ha invertido: por primera vez se calcula que los niños actuales tienen una esperanza de vida inferior a la de la generación de sus padres por culpa precisamente de las enfermedades derivadas de la obsesidad. Actualmente, se cree que el 25% de los niños españoles no son obesos por la dieta, sino por falta de ejercicio.

El estudio pretende concienciar sobre el grave problema de la obesidad

Hasta ayer por la tarde, 110 personas, entre diputados y periodistas, habían accedido a subir a la báscula (solo era necesario quitarse los zapatos) y medirse la estatura y los centímetros de cintura con el consejo de no esconder la barriga. Al final, debían sujetar un aparato para conocer la masa muscular y la cantidad de grasa de su organismo. Y ahí, en función de la edad, conocían la sentencia definitiva. La confidencialidad está garantizada porque los doctores Formiguera y Gerardo Aguilar solo toman nota de las iniciales y la edad, pero aun así el goteo era lento. Para dar ejemplo, la jornada la abrió Núria de Gispert, presidenta del Parlament, y la siguió el consejero de Sanidad, Boi Ruiz. Y luego desfilaron, entre otros, el exministro Celestino Corbacho; los nacionalistas Oriol Pujol, Jordi Turull, Meritxell Borràs, Joana Ortega y Ramon Espadaler —“te sobran unos kilitos, poca cosa”, le dijo el médico—; la exconsejera socialista y doctora Caterina Mieras —se brindó a ser filmada: no le sobra ni una gota de grasa—; Laia Bonet (PSC), y los ecosocialistas Dolors Camats —“estás perfecta, Dolors”, la elogió Formiguera— y Josep Vendrell, contento porque supo que pesaba dos kilos menos de lo que creía. El revuelo llegó hasta Twitter: Joan Güell (CDC) presumió ante Roger Muntanyola de que solo tiene un 6% de grasa, porcentaje comparable al “de un ciclista profesional”.

No a todo el mundo le hace gracia subirse a la báscula y más de uno se hizo el remolón. En las listas que ofrecieron los partidos no aparecían diputados con curvas. Y ya se sabe que la política mantiene una tentadora relación con los manteles ante la que algunos no pueden evitar sucumbir. Y eso que en el bar del Parlament sirven menú vegetariano. “No tengo en mi grupo gordos”, se escudó el miembro de un partido. Quizá es cuestión de regateo: a un periodista le calcularon que le sobraban cuatro kilos y le planteó al doctor: “¿No pueden ser dos?”.

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