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Griñán elige al Gobierno más griñanista

El presidente nombra consejera de la Presidencia a Susana Díaz, que dejará el partido El fiscal Emilio Llera será el nuevo responsable de Justicia en la etapa crucial de los ERE Álvarez de la Chica se perfila como nuevo hombre fuerte del PSOE de Andalucía

Lourdes Lucio
De izquierda a derecha y de arriba abajo. José Antonio Griñán. Diego Valderas, Susana Díaz, Emilio Llera, Mar Moreno, Antonio Ávila, Carmen Martínez Aguayo, Elena Cortés, Luis Planas, María Jesús Montero, Rafael Rodríguez y Luciano Alonso.
De izquierda a derecha y de arriba abajo. José Antonio Griñán. Diego Valderas, Susana Díaz, Emilio Llera, Mar Moreno, Antonio Ávila, Carmen Martínez Aguayo, Elena Cortés, Luis Planas, María Jesús Montero, Rafael Rodríguez y Luciano Alonso.

De los cuatro Gobiernos que ha hecho José Antonio Griñán desde que en 2009 asumió la presidencia de la Junta de Andalucía el que nombró ayer es, sin duda, el más suyo, el más griñanista y el más político para afrontar el peor tiempo posible para un gobernante. Es un Gobierno de novedades. Se trata del primer Ejecutivo de coalición de PSOE e Izquierda Unida en Andalucía, en el que la federación de izquierdas tendrá tres consejerías, una de ellas con rango de vicepresidencia, que ocupará el coordinador de IU, Diego Valderas. Y es un Gobierno que, en el caso de las carteras socialistas, apunta a un nuevo cambio de rumbo al frente de la dirección del PSOE andaluz donde, antes o después, deberá abordarse la propia sucesión de Griñán.

Aunque siempre se dice que los presidentes de Gobierno tienen absoluta autonomía a la hora de decidir su equipo, Griñán ejerció ayer más que nunca de líder del PSOE al rodearse de responsables que solo responden ante él y no ante ningún jefe provincial socialista.

Griñán ha mantenido al núcleo duro de su anterior Gobierno y ha incorporado a otras personas de su total confianza sin prestar atención al reparto territorial. El Ejecutivo tendrá 11 consejerías, dos menos que el anterior, de las que ocho recaen en socialistas.

El presidente prescinde de siete consejeros, entre ellos de Micaela Navarro

Griñán ha eliminado las consejerías de Empleo, muy achicharrada por el caso del fraude de los ERE, y la Consejería de Igualdad y Bienestar Social. Y ha mantenido la Consejería de Justicia y la de Cultura que tendrá competencias en Deporte. Cinco mujeres se sentarán en el Consejo de Gobierno, con lo que se cumple con la paridad.

Griñán ha prescindido de ocho consejeros: Micaela Navarro, Manuel Recio, Francisco Menacho, Francisco Álvarez de la Chica, José Juan Díaz Trillo, Paulino Plata, Clara Aguilera y Josefina Cruz Villalón.

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Una de las mayores sorpresas ha sido la incorporación al frente de la Consejería de la Presidencia e Igualdad de la número dos del PSOE andaluz, Susana Díaz, quien dejará el cargo de secretaria de Organización en el próximo congreso regional, según admitió Griñán. Este ha sacrificado a la que ha sido la voz y la cara de su anterior gabinete, Mar Moreno, quien como portavoz del Gobierno ha sido la que ha comunicado toda la respuesta de la Junta de Andalucía en el desagradable y espinoso asunto del caso de los ERE. Moreno, a la que las circunstancias políticas han vuelto a atropellarla, regresa a la Consejería de Educación, donde tendrá competencias en materia de Formación Profesional.

El nombramiento de la nueva consejera de la Presidencia hay que intepretarlo en clave interna del PSOE. Griñán tenía un problema con vistas al próximo congreso regional y ese problema se llamaba Susana Díaz Pacheco. Más temida que querida, más trianera que sevillana y más sevillana que andaluza, encontrar a alguien que hable bien de Díaz no es fácil. Fue la muñidora de la estrategia de la dirección regional en favor de la candidatura de Carme Chacón a la secretaria general del PSOE frente a la de Alfredo Pérez Rubalcaba. Este ganó y Griñán perdió en un proceso que abrió conflictos internos en algunas provincias que se extendieron luego a la elaboración de las listas electorales al Parlamento de Andalucía. Al incorporarla al Gobierno, Griñán solventa el problema. Ahora bien, no es una operación como la que hizo José Luis Rodríguez Zapatero con Leire Pajín cuando la sacó del partido y la nombró ministra de Sanidad. Griñán le ha dado el papel más relevante del Gobierno andaluz, en la que tendrá toda la coordinación del Ejecutivo, los nombramientos de los delegados de la Junta en las provincias, el Instituto de la Mujer y de la Juventud. También se hará cargo de que la coalición no chirríe y de hacer el marcaje a IU. Díaz, que es una escaladora política nata, ocupa una atalaya inmejorable para lo que sucederá en el PSOE cuando Griñán decida abrir su relevo.

Susana Díaz carece del perfil institucional de su predecesora y no compaginará la portavocía del Gobierno, cargo que desempeñará el periodista y exdiputado Miguel Ángel Vázquez. Este nombramiento como el de Antonio Lozano, que continuará como viceconsejero de la Presidencia, lo anunció ayer Griñán cuando comunicó el Gobierno, dejando claro que a ambos los había propuesto él. Según algunas fuentes, Griñán sopesó nombrar a Lozano consejero de la Presidencia.

Todos los consejeros son de las ochos provincias

José Antonio Griñán

Aunque aún es muy pronto para aventurar certezas, más aún tratándose de un congreso del PSOE de Andalucía, Griñán quiere como hombre fuerte de la organización a Francisco Álvarez de la Chica y pretende otro modelo de partido más abierto y con una estructura menos tradicional. Quiere recuperar su idea de crear grandes áreas y aunque ayer no quiso dar por hecho que De la Chica será el próximo número dos aseguró que tendrá un papel muy importante.

Junto con el nombramiento en Presidencia la otra novedad está en la Consejería de Justicia e Interior. Tras los resultados electorales y el anuncio de un acuerdo con Izquierda Unida, desde las más altas instancias del mundo judicial trasladaron al presidente andaluz su rechazo a que esta consejería cayera en manos de la federación de izquierdas. Y más recientemente comunicaron sus reticencias a que la consejería quedara diluida. Griñán ha fichado al veterano fiscal de Sevilla Emilio Llera para este puesto. Se trata de un jurista progresista con una de las mejores agendas judiciales y políticas de toda Andalucía. Su entrada en el Gobierno se interpreta también como un refuerzo de la Junta de Andalucía a la hora de afrontar la investigación judicial sobre el sinuoso caso de los ERE, más aún cuando la juez instructora, Mercedes Alaya, apunta en sus investigaciones hacia la cúpula del Gobierno andaluz. Llera ocupa el tercer puesto de prelación del Gobierno y tendrá a su cargo las competencias sobre violencia de género y políticas migratorias.

En los 30 años de Gobiernos socialistas esta es la primera vez que cuatro provincias no tienen a un consejero (Cádiz, Almería, Huelva y Granada). Griñán ya anunció que no habría cuotas y así ha sido. “Todos los consejeros son de las ocho provincias”, comentó.

De todas las salidas del Gobierno, la que fue más escudriñada fue la de Micaela Navarro. Ha sido consejera de Igualdad y Bienestar Social en los últimos ocho años, donde ha puesto en marcha con éxito la aplicación de la ley de la Dependencia. Navarro, que apoyó a Rubalcaba en el congreso federal, era el referente elegido por el sector crítico del PSOE andaluz para plantear una alternativa a Griñán en el caso de que éste no hubiese podido formar Gobierno por lo que su cese se interpreta en esta clave. Al ser preguntado por la salida de Navarro, el presidente andaluz contestó: “No hay ninguna razón en especial. La misma que las otras”.

Griñán ha mantenido en sus puestos a dos de las personas de su entera confianza, los únicos que aluden a él como el jefe y no como el presidente. Son Antonio Ávila y Carmen Martínez Aguayo. El primero suma a la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia las responsabilidades de Empleo. Aguayo, que lleva días trabajando en el plan de ajuste y en el nuevo presupuesto (de donde deberá amputar 2.700 millones) se mantiene en Hacienda y Administración Pública, con competencias en Política Financiera y Juego.

La consejera de Salud, María Jesús Montero, asumirá también las competencias de las prestaciones y servicios de igualdad y bienestar social. El exembajador de España en Marruecos Luis Planas gestionará también una de las áreas con mayor presupuesto: Agricultura, Pesca y Medio Ambiente. A este departamento se le han sumado las competencias de Ordenación Territorial y Urbanismo que IU decía no querer a su cargo. El malagueño Luciano Alonso también sigue en el Ejecutivo pero en una consejería con bastante menos fuste que la que tenía. Dirigirá Cultura y Deporte.

También quedaron claras las tres consejerías que dirigirá Izquierda Unida. “Valderas se sentará a mi derecha”, dijo Griñán ante la confusión que produjo el hecho de que la Consejería de la Presidencia e Igualdad figura en el primer lugar de prevalencia tras el del presidente. El coordinador de IU será vicepresidente y consejero de Administraciones y Relaciones Institucionales. Tendrá competencias en Administración local, Voluntariado, Participación, Consumo, Cooperación al Desarrollo y Memoria Histórica.

En la decisión sobre la Administración periférica, IU quiere que al menos dos de los delegados del Gobierno en las provincias sean leales a sus siglas. Habrá que esperar a ver cómo se dibujan las delegaciones. Griñán dijo que habrá menos y remitió a un Consejo de Gobierno posterior. IU también quiere tener entrada en los consejos de administración de los puertos.

IU dirigirá Turismo y Comercio, que recae en el malagueño Rafael Rodríguez. La consejera de Fomento y Vivienda será Elena Cortés, también de IU.

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