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Seis detenidos más en un nuevo choque entre estudiantes y policía

Los antidisturbios rodean a más de un centenar de jóvenes, muchos de ellos menores Impiden su marcha a las puertas de la comisaría de Zapadores hasta ser identificados Un grupo de padres indignados anuncia que denunciará a la policía por "maltratar" a su hijos

La manifestación convocada a través de las redes sociales ante el instituto Lluís Vives de Valencia en protesta por las 10 detenciones que realizó el jueves la Policía transcurrió el viernes sin incidentes. Sí los hubo por la tarde, cuando fueron detenidas otras seis personas y resultaron heridas nueve, de ellos cinco agentes, según fuentes policiales y del Centro de Coordinación de Urgencias.

Varios centenares de personas se congregaron por la mañana en las aceras del instituto Lluís Vives, donde comenzaron hace tres días las protestas. Los participantes exigieron la "libertad de los detenidos", que fueron arrestados cuando se manifestaban contra la intervención policial en otra concentración el día anterior por los recortes del Gobierno valenciano. Luego cortaron las calles de Marqués de Sotelo y de Xàtiva. Numerosos representantes políticos del PSPV (el concejal Pedro Sánchez, el diputado autonómico Javier Macho), Compromís (Enric Morera, Mónica Oltra y Joan Ribó)  y Esquerra Unida (su líder Marga Sanz y el concejal Amadeu Sanchis), así como diversos sindicalistas, asistieron a la concentración para solidarizarse con los jóvenes.

Pero la tensión acumulada a lo largo de la mañana se desató por la tarde, cuando más de un centenar de estudiantes se concentraron ante la comisaría de Zapadores, donde permanecían ocho jóvenes arrestados el jueves. A última hora de la tarde, el Juzgado de Instrucción número 12 de Valencia los puso en libertad provisional con la condición de comparecencias periódicas, según informó el Tribunal Superior de Justicia. La causa está abierta por los supuestos delitos de desórdenes públicos, lesiones y resistencia.

La Policía identifica a estudiantes que protestan ante Zapadores.Vídeo: EL PAÍS

Horas antes, y de camino a la comisaría de Zapadores para apoyar a los detenidos, algunos jóvenes volcaron contenedores en el barrio de Russafa, según recoge EFE. Una vez a las puertas de la comisaria, la Policía rodeó a los estudiantes en la calle. Los agentes de las fuerzas antidisturbios dividieron a los manifestantes y comenzaron a separarlos por grupos para identificarlos y tomar sus datos por si cabe algún tipo de "sanción" por su participación en la manifestación. La identificación de los jóvenes se prolongó durante más de un hora.

Nada más llegar a Zapadores, hubo un forcejeo, según un policía, y una carga policial, según dos jóvenes concentrados y un vecino que observó los hechos. Al final, se detuvo a seis personas, todos mayores de edad, por desórdenes públicos y dos, además, por atentado a la autoridad. También hubo cinco policías "golpeados", y una chica fue atendida por una ambulancia por contusiones, según fuentes oficiales de la policía.

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Los arrestos se produjeron por supuestos desórdenes públicos, desobediencia y resistencia a la autoridad. Conforme avanzaba la tarde y los estudiantes avisaban por el móvil, acudían a la comisaría padres y madres. Había muchos de ellos menores del centro Lluís Vives. A los padres y madres, así como a cualquier otro ciudadano, se les impedía el paso a la comisaría, completamente acordonada por decenas de policías.

Los estudiantes, y también sus familiares, denunciaron que fueron "retenidos" por el cordón policial, de manera que no se pudieron trasladar a la Ciudad de la Justicia, a donde habían sido llevados ocho de los detenidos en las protestas de ayer para pasar a disposición judicial.

Estudiantes y padres denuncian la "retención" ante comisaría para identificar a los manifestantes

Así, Raquel Ibáñez, madre de una de las estudiantes que acudó a Zapadores, aseguró que los menores llevan más de una hora “retenidos”. La madre relató cómo decenas de policías antidisturbios rodearon a los estudiantes y les pidieron que se identificaran, al igual que hicieron con algunos de los padres que acudieron en busca de sus hijos. “No nos dejaban ni a nosotros entrar más allá del cordón policial, ni a ellos salir de él”, afirmó.

Los estudiantes han denunciado un trato humillante. Claudia, de 14 años, Belén y Penélope, ambas de 16 años, salieron llorando de la identificación. Abrazándose, una de ellas contaba cómo un agente le había dicho que "si fuera su hija, ya me habría dado una hostia por estar aquí". "Cuando les pedíamos que se identificaran y nos dieran su número de placa, se reían de nosotros y se inventaban números". Alicia Payá, madre de Penélope, llegó a Zapadores angustiada: "Cuando he llegado a casa y no la he visto... La llamo y me dice que no puede salir del cordón policial. Mi hija es una adolescente y aunque ayer lo pasó fatal y se ha ido a estar junto a sus compañeros...". Alicia Payá incidió en que ayer su hija fue arrastrada, sufrió agarrones y agresiones en la carga policial. "Todo está en el parte médico y psicológico del hospital", añadió la madre, que tiene intención de presentar una denuncia por el maltrato policial.

Otros padres se unieron a la indignación y la propuesta de denunciar los hechos. José Luis García, padre de Belén, manifestó su estupor ante los hechos, mientras observaba cómo la policía identificaba a los jóvenes. "Pero esto qué es, si son críos. Al final lograrán provocar a los padres", aseguró. A su lado, Carmelo Lozano, padre de Alba y Olga, se mostró perplejo por "el gran número de policías" y su actitud hostil hacia los estudiantes, que no son delincuentes. "Es un abuso, una desproporción increíble", añadió, mientras esperaba a sus hijas. Un par de profesores de Secundaria mantuvo durante unos minutos una asamblea con los jóvenes concentrados para mantenerlos tranquilos y decidir qué hacer.

Un centenar de personas acude a la Ciudad de la Justicia en apoyo de los detenidos en las protestas

La jornada de protesta estudiantil comenzó por la mañana con escasa presencia policial a la vista. Tras reunirse ante el instituto Lluís Vives, los participantes ocuparon la avenida del Marqués de Sotelo, que da acceso a la plaza del Ayuntamiento de Valencia. Desde allí, replegando pancartas con los nombres de los arrestados, el grupo se amplió para llegar hasta la verja de la Estación del Norte e impedir el paso a cualquier vehículo en la calle de Xàtiva. Las peticiones de libertad se alternaron con las consignas de "mucha policía, poca educación" o "mucha corbata y poca vergüenza".

"No lo entiendo", comentaban Teresa Broseta y José Bellés, "están defendiendo también los derechos de sus hijos", en alusión a la actuación de la policía, a la que los estudiantes y partidos de la oposición al PP acusan de "brutalidad" en su intento de dispersar a los manifestantes, extremo que la Jefatura Superior de Policía niega "rotundamente", al tiempo que acusa a algunos de los concentrados de agresión a los agentes en las protestas de ayer y del miércoles. Uno de ellos fue mordido por un estudiante, explica un portavoz policial.

A lo largo de la mañana, un grupo de manifestantes se fue adelantando hasta la confluencia de Xàtiva con Colón, donde se habían estacionado varias furgones policiales. Los jóvenes llamaron al grueso de los concentrados para que se sumase. Mientras iban llegando hasta la policía, los agentes se iban pertrechando con material antidisturbios. Se vivieron entonces momentos de tensión, con los policías, formando un cordón, y los jóvenes, separados por unos pocos metros. Los estudiantes les increparon por su actuación de ayer y del miércoles y profirieron gritos contra ellos. "No tenían orden de cargar, pero se han preparado con todo", sostenía la diputada de Compromìs Mònica Oltra, que habló con un oficial de la policía.

Después de unos momentos de enfrentamiento verbales como "sin pistolas no sois nada" o "son muy valientes, pegan a los pequeños", el grupo se fue dispersando hasta permanecer en los aledaños -aún sin tráfico - de la plaza. Luego, un grupo de los manifestantes marchó hacia la comisaria de Zapadores, donde estaban detenidos hasta media tarde ocho jóvenes tras las protestas del jueves. Por el camino, en el barrio de Russafa, se volcaron contenedores y agentes antidisturbios iniciaorn algunas persecuciones. 

Sobre las 15.30, los jóvenes se concentraron frente a la comisaría, rodeados por un cordón policial. Según cuenta Mercedes Macià, que vive al lado de la comisaría, los estudiantes quedaron encerrados entre la avenida de Peris y Valero y la avenida de la Plata. Según su testimonio, los agentes reclamaron a los manifestantes que pasasen por comisaría para tomar sus datos "y ponerles una multa". "Entre ellos a mi sobrino, que es menor de edad", relató esta mujer. Otra testigo, María José López, con una hija en el Lluís Vives pero fuera del cordón policial, afirmó que los padres "están muy preocupados" y consideraban que "se está atentando" contra los derechos de los menores.

La Policía confirmó que identificó ante Zapadores a grupos de manifestantes por si la "autoridad competente" considera que su participación en la protesta es sancionable.

Los ocho detenidos el jueves fueron trasladados a la Ciudad de la Justicia para pasar a disposición judicial. Los asistentes a las protestas querían apoyarles a las puertas de los juzgados a las cuatro y media, pero el cordón policial en Zapadores lo impidió.

No obstante, cerca de 150 personas se concentraron finalmente a partir de las 17.30 horas ante la Ciudad de la Justicia a la espera de que terminaran las declaraciones de ocho detenidos. La concentración se desarrolló con normalidad y no se desplegó ningún dispositivo policial.

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